Mundial Canfranc acabó. Sus montañas, ahí siguen...
Ayer nos despedimos del Mundial Canfranc subiendo las 122 curvas desde la Estación hasta el Collado Estiviellas, remontando el descenso final que ha decidido mundiales Short Trail y Long Trail. Los dorsales de élite se van, pero las montañas de Canfranc siguen ahí, todo el año...
Aquí os dejo algunas ideas.
RUTAS CANFRANC:
Aquí, donde el acero de la Estación Internacional dialoga con el granito viejo del Pirineo, las RUTAS CANFRANC son una invitación a salir con las manos limpias y volver con la sonrisa tiznada de roca. No es postureo: es terreno, historia y datos bajo las suelas. En la serie publicada en CARRERASDEMONTANA, el menú arranca fuerte con La Raca, una directa desde Canfranc que encadena ascenso deportivo y descenso jacobeo: 20 km / D+1.200 m y vistas a precio de cuadríceps contentos.
Para quien prefiera el filo, Pico de los Monjes + Malacara ofrece una circular con carácter: 13 km / D+882 m desde Astún, paso por el Collado de los Monjes y tramos donde hay que “echar manos” sin perder el compás. Un día redondo: ibones, cresta y ese Midi d’Ossau mirándote de reojo desde Francia.
¿Días cortos o ganas de invierno? Valle de Izas y Cascada de las Negras es la clásica amable: 9 km / D+450 m si las condiciones mandan raquetas, con premio en forma de hielo si la cascada se congela. Una puerta de entrada limpia para soltar piernas o afinar técnica con la mochila ligera.
El hilo conductor es el Espacio Trail Canfranc: 43 rutas, 520 km y 45.000 m+ balizados con criterio, catálogo por colores (verde–negro), tracks GPX y apuesta por marcaje digital. Esto, para un montañero veterano, significa eficiencia logística (planificar sin sorpresas), progresión específica (del paseo invernal al cresteo técnico) y seguridad operativa (itinerarios claros y alternativas si la meteo se cruza).
Además, cada traza respira cultura de valle: Somport, el Camino de Santiago aragonés y el viejo Hospital de Santa Cristina —joya que el Códex Calixtinus destacó entre los grandes— laten a un paso de tus zancadas. Aquí la montaña no solo se sube: se recorre por la historia.
En resumen: Canfranc es un gimnasio alpino a cielo abierto donde “no se corre, se vive”. Y estas rutas, contadas con mimo y pulso de altímetro, son la guía perfecta para quien ya sabe que la veteranía, en montaña, se entrenan los días buenos… y se confirma en los días serios.
LA MOLETA (2.572m) DESDE CANFRANC 17K por Sergio Mayayo.
Subida por Carretón; descenso GR-10
Seguimos hoy el trazado de la carrera de motaña CANFRANC CLASSIC cuya belleza y exigencia la han hecho acoger ya varias ediciones de la Copa del Mundo, tal como la vivimos ayer mismo en carrera por Mayayo. CRÓNICA PERSONAL:"Bailando con Lobos"
SALIDA DE LA ESTACIÓN CANFRANC.
La ruta comienza a igual que la carrera, de la estación de ferrocarril de Canfranc. Descendemos hacia la entrada al pueblo por la acera junto a la carretera y justo cuando pasamos la última casa, sale una pista hacia la izquierda junto a la central eléctrica. Tomaremos esa pista que asciende ligeramente durante unos 250 m., pasando junto a una antigua línea de búnkeres que han sido conquistados por la naturaleza. Pronto veremos un cartel de madera que nos indica “La Moleta por el carretón”, es ahí donde nos desviaremos para comenzar una intensa ascensión sin apenas descanso.
Puede que encontremos algún otro cruce de caminos, pero está bien señalizado, nosotros debemos de continuar siempre en dirección a La Moleta por el carretón. Sabremos que estamos por el buen camino porque ascenderemos junto a un tubo de agua de grandes dimensiones que baja a la central eléctrica de Canfranc.
Los primeros 5 km transcurren enteramente por bosque y se gana altura de forma rápida, alcanzando los 800 m de desnivel positivos a través de sus incontables zig-zags. Una vez sobrepasada la zona boscosa, salimos a una zona de roca con un gran mirador, Desde allí se vislumbra ya el Valle de Ip y la imponente Collarada en dirección Sur-Este. Continuamos ascendiendo por el sendero bien marcado unos 50 m. y cruzamos la famosa pista del Carretón, que se adentra en el valle de Ip.
PISTA DEL CARRETÓN A CIMA.
Atravesamos esta histórica pista directamente y continuamos ascendiendo por la senda hacia la cima, que en este cruce veremos de nuevo marcada con una señal de madera que nos indica que ya estamos más cerca de nuestro objetivo.
En pocos metros ya alcanzamos a ver La Moleta, se trata del punto más alto de la carrera y para el que nos restan todavía apenas 2 km…. pero que suman 600 metros de desnivel positivo por una ascensión marcada por hitos, que aunque no es muy aparente en algunos tramos, se hace sencilla de seguir ya que tenemos a la vista la cima en todo momento. Aun así, la trepada final intimida
Una vez alcanzada la base de la cima, tenemos que realizar una sencilla trepada por una chimenea en la roca que está bien marcada. Tras la remontada, accedemos a un falso llano y al fondo, en dirección noreste, veremos distintas marcas de piedras y una barra de hierro que nos informan de que hemos alcanzado la cima y podremos disfrutar de una de las mejores panorámicas del Pirineo.
¡CIMA LA MOLETA! Estamos a 2.572m de altitud.
Al Norte imponente y vetusto volcán, el Midi D’Ossau y los montes de Astún, al Noreste Balaitous, Picos del Infierno, Garmo Negro, Algas y Argualas. Al Este Tronquera y Pala de Ip. Al Sur Collarada y todo el Valle del Aragón. En la Vertiente Oeste Candanchú y más al fondo las cimas del Pirineo Navarro (Anie, Mesa de Los Tres Reyes, Petrechema, etc…). Una lista inabarcable de montañas que muchos de vosotros ya conoceréis. Si nos asomamos un poco hacia el Norte y miramos hacia la parte inferior, veremos a nuestros pies el Ibón de Iserías, el cual bordearemos durante nuestra bajada de vuelta a Canfranc.
Para comenzar la bajada nos dirigimos hacia el Oeste desde la cima por esa vertiente de la corona que forma la roca de la cima de La Moleta. Los primeros metros son algo técnicos para las personas menos iniciadas y es recomendable tomárselo con calma. La senda es muy aparente y sabiendo que hemos de buscar el descenso hacia el ibón, no tiene pérdida.
CASCADA DE LAS NEGRAS A CANFRANC.
A partir de aquí, largo descenso hasta el Valle de Izas que conforme vamos avanzando metros, también se va convirtiendo en un terreno más amable, menos técnico y con menor pendiente. En el momento de llegar al valle, se empieza a escuchar de fondo la Cascada de las Negras, poco después llegamos a una gran roca de forma más o menos cúbica y es entonces cuando debemos girar hacia nuestra izquierda y continuar valle abajo y paralelos al río unos 2 kilómetros.
Ya al inicio del valle, alcanzamos una pista que nos dirige en ligera subida hasta el Fuerte de Coll de Ladrones, edificio militar utilizado en el siglo XIX. En ese momento ya vemos la localidad de Canfranc-Estación y siguiendo la pista hasta su cruce con la carretera nacional que une España con Francia por el Puerto de Somport, donde giraremos a la izquierda hacia el pueblo hasta llegar de nuevo a la Estación de Canfranc, punto de inicio y final de esta corta pero intensa etapa de montaña
LA MOLETA DESDE CANFRANC: Track y mapa gpx por Mayayo
Ruta circular desde Los Arañones pasando por: - Bunkeres de la línea P (1.3 km) - La Moleta (5.7 km) - Collado de la Moleta (6.2 km) - Ibón de Iserías (7.5 km) - Refugio de Iserias (8.9 km) - Embalse de Izas (13.8 km) - Col de Ladrones (14.4 km) - Fuente de Pequeña (15.7 km)
Fue la tercera y
última etapa de mi travesía de Camille (109km) Y aunque no fue la ruta soñada inicialmente, sí me recordó la importancia de a escuchar a la montaña… y a mi propio cuerpo. Los planes iniciales
preveían terminar remontando desde Lescun hacia el Refugio de Arlet y atravesar el Pirineo
por la puerta grande en una etapa recia y alpina, con 38km y
D+2400m.
La previsión de tormentas eléctricas y un aductor que venía protestando desde el
principio y acabó por romperse durante el descenso del Col de Petrechema me
hicieron recapacitar. No quería abandonar tan cerca de
la meta, así que tocaba asegurar la llegada. Así nació una variante más amable, que aún así me exigió cabeza, piernas y corazón. Al final, comentamos si creo que valió la pena la lesión asumida o no.
Despertar en el
Camping Lauzart es sentir el Pirineo francés en estado puro. Las Agujas de
Ansabère se recortan en el cielo, mientras el aroma a hierba mojada y a café
recién hecho inunda la mañana. El cuerpo está machacado, pero la cabeza solo
piensa en cerrar el círculo.
Arranco por la
carretera local que serpentea hacia el cruce de Lhers. Aquí el plan inicial
marcaba la subida directa al Refugio de Arlet por el bosque de hayas y pinos,
pero las nubes cargadas al norte me convencen de torcer. Hoy no hay epopeya
alpina; habrá constancia hasta la última zancada.
CRUCE DE LHERS → URDOS (840m)
En el cruce
decido perder altura y buscar la carretera del valle. Tras un suave descenso,
el entorno se vuelve íntimo: el asfalto, flanqueado por prados y ríos, no resta
belleza al paisaje. El aire es pesado, el cielo plomizo, pero avanzar es la
consigna.
Tras 15km (~D+200m / –450m), alcanzamos Urdos, pequeño enclave de tejados grises que nos recibe con la
calma de los pueblos olvidados. Aquí abandono la carretera y
enlazo un tramo del Camino de Santiago, que serpentea junto al río como un viejo amigo.
URDOS → PUERTO DE SOMPORT (1631m)
La subida
final es un pulso lento. En
Urdos me escapo por las sendas del Camino unos km antes de retomar la cinta
negra para el repecho final al Col de Somport. Y es que esos +790m desde Urdos en unos 9km se me hacen largos mientras avanzo con
un aductor roto que duele a cada paso. Pero la meta está cerca y la cabeza empuja.
A las 14:30h, tras 7h00 de ruta, llego al Col de
Somport, punto de partida de esta aventura tres días atrás. Ana me está esperando para fotear y celebrar,
qué alegría.Y de esta manera, aquí entre brumas y viento cerramos el círculo de la Senda de Camille: 109km/D+4700m en tres jornadas.
EPÍLOGO: ROTURA ADUCTOR
A la mañana
siguiente, en la consulta de Pepe (Fisiocercedilla) me confirma la rotura del aductor.
El no entiende bien porqué no paré y llame apenas lo supe, yo a veces tampoco…pero
lo cierto es que era lo que me pedía el corazón en aquel momento. Hoy, mirando
atrás, creo que volvería a hacerlo: Será que el hombre es el único animal capaz
de tropezar hasta 200 veces en la misma piedra, pero mi Senda de Camille ahí
está. Con sus tormentas, con el festín de buitres o los dolores de remontar
cojo Somport, unos recuerdos que ya son para siempre míos. Vivir, igual sea eso
sin más….
SENDA DE CAMILLE
DÍA 3: BALANCE.
Caminas al
filo de la tormenta, con las piernas pesadas pero la cabeza clara. Hoy no hubo pasos aéreos ni collados
épicos, pero sí un pulso silencioso contra la fatiga y el dolor. La escapatoria
por el valle, humilde y bella, me enseñó que no siempre es la cima quien te da
la gloria, sino la constancia de llegar, aunque sea cojeando.
El Camping
Lauzart fue refugio amable, la breve charla allí con Nicanor una motivación, el
Camino de Santiago un sendero de recogimiento, y el Col de Somport un arco de
cierre que me devuelve a donde todo empezó. El aductor arde aun y lo que le
queda, pero el corazón late tranquilo. Porque esta Senda de Camille no se mide para
mí en los kilómetros o metros positivos recorridos, mucho menos en el tiempo
invertido; Se mide en la fuerza que te deja dentro para volver a buscar
montaña. Y de eso, hoy tengo más que nunca.
Caminas por el
alba, cabalgas altitudes y sobrevives tormentas. Pasas de hielo a cuenca verde, de la calma
glacial al trueno desbocado. Cada trazo – de Somport a Oza – es un capítulo de
resistencia y belleza. Una travesía donde la senda pierde su nombre y te
arrastra a reescribir poesía con las piernas. Porque al final, lo que otros me
contaron como guía hoy empecé a hacerlo mío hecho tuyo como epopeya personal,
con mayor o menor fortuna en el camino, pero vivido.
Son las 6AM al
filo del amanecer, cuando el Col de Somport despierta a 1.631M de altitud entre brumas. Ana
me ha subido aquí desde Canfranc y estará por la región, pendiente por si tuviera
alguna emergencia. Un ángel de la guarda así, no tiene precio, más aun con una
meteo que amenaza tormentas ya desde la mañana.
La senda de
Camille oficial partía hacia Francia bajando Gave de Aspe para escalar al Refugio Artet y de allí tirarse abajo
al Camping Lauzart como primera etapa. No ha lugar, para mí….En mi caso,
al llegar a la colonia de Peyrenere el creciente riesgo de tormentas me hace
corregir y girar mejor remontando hacia Causiat para buscar el sol español
hacia Lizara, mientras coronamos hacia el Circo de Aspe majestuoso. Camino
entre piedras limadas por glaciares, donde cada trazo de senda empuja
emociones.
Sigo bajo un
sol espléndido hacia un Ibón de Estanés cristalino. Colgado ya a 1.988m, es un espejo de las alturas donde el
viento dibuja ondas sobre la superficie entre los rebaños de vacas. Una corta
trepada vertical bien balizada nos enlaza con el GR11 que seguimos ya hacia
Lizara.
Apenas pasada la cabaña forestal de Bernera,
el descenso se tira vertical abajo entre una fondo repleto de buitres. Curiosamente,
estas tímidas rapaces siguen ahí envalentonadas en pleno camino según bajo y
casi estoy encima de ellas cuando por fin se dignan irse. El olor a muerte es para
entonces evidente, como los restos del ternero devorado tras despeñarse hace apenas
un par de días en este rincón.
REFUGIO LIZARA
(1.600m) – Parada y fonda
Horas después, el
calor humano del hospitalario Refugio Lizara me recibe con el aroma del caldo y
el rumor de otras botas que narran hazañas. Llego a un remanso comunitario.
Tomo asiento y pido un pincho de tortilla más una coca-cola mientras repongo
hasta 3 litros de agua, rellenando todos mis recipientes de porteo. Es tiempo
para recuperar paso, espíritus y meterse en la piel de la senda que continúa,
entre una babel de español, euskera, francés e inglés, el peculiar idioma del
Pirineo.
La corta y
pina ascensión al Collado de lo Foratón (2.106m) se torna épico. Revientan los truenos sin parar mientras
los 2.670m del Bisaurín, gigante dormido, me acechan entre nubes negras. Al fin
alcanzo la divisoria mientras la tormenta roza con dedos eléctricos las aristas…hoy
no me acerco a ninguna cima más, ni loco. A buscar el cobijo del valle en
adelante.
La bajada me precipita
hasta un Refugio Gabardito (1.346m) acogedor, donde las paredes de madera y la lumbre hacen que
la cerveza sabe a gloria y la sopa a victoria pequeña. Retomo la marcha por la
variante del GR‑11, buscando el cobijo del valle. En el
Puente de Santa Ana ancestral, las piedras gastadas murmuran historias romanas
y pastoriles. El agua corre con fuerza bajo mis pies, como si quisiera
arrastrar tus recuerdos montaña abajo.
LLEGADA A SELVA
DE OZA
Finalmente, tras
remontar por la Calzada Romana o directamente la carretera para gozar del La
Boca del Infierno (fue mi elección) la jornada me regala el arrullo final del
Camping Selva de Oza sereno. Los árboles, centinelas del bosque, acunan la
llegada.
Bajé así cortando
desde Gabardito la carretera directo siguiendo la traza del GR-11 hasta el Puente
de Santa Ana, de donde remontamos los 5k
finales hasta alcanzar el camping de la Selva de Oza (850m). Aquí, el aire huele a leña y a cosecha. El grano del valle te acuna
al final de una larga jornada que para mí ha supuesto 40k/D+1700m resueltas en
unas 11h al paso aprox. El aductor izquierdo que salió ya sobrecargado hoy lo
noto peor, ya casi en plena contractura, lo mimo esperando que a la mañana mejore
y afloje. Llevo un día, quedan mínimo dos más….