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PARED DE SANTILLANA, POR SUR CLÁSICA (120m/V+)
Historia y magia en La Pedriza
Tras vivir el espolón clásico de Peña Sirio hace un par de semanas, abordar esta gran vía histórica de La Pedriza nos pareció el paso más natural, tanto a María y para mí. La Pared de Santillana luce un carácter aún más montaraz, con más de dos horas para llegar a pie de vía. Allí espera una hermosa ascensión combinando canalones, placa y muros de setas con gran ambiente...y muy escasos anclajes artificiales instalados, En fin, una de esas vías que hacen de La Pedriza un rincón de magia e historia.
Salimos dejando atrás la carretera de entrada a La Pedriza desde el parking de La Rana, apenas pasado el más habitual de Cantocochino. Abordamos una de esas jornadas que resumen por qué este macizo granítico sigue siendo escuela y templo a partes iguales. La aproximación más cómoda quizá sea por la autopista de La Pedriza, sendero amplio y evidente que permite ganar metros con ritmo constante pasando el puente del desvío al Refugio Giner y el Tolmo antes de llegar al collado de la Dehesilla primero. Giramos a izquierda para seguir subiendo al collado Ventana después, punto clave donde el paisaje se abre y la montaña muestra ya su espinazo de granito limpio, rugoso, lleno de historia.
Desde aquí se continúa siguiendo la integral de La Pedriza, avanzando por terreno evidente hasta colocarse bajo la Pared de Santillana, donde la vía Sur Clásica arranca sin estridencias, fiel a ese estilo pedricero que no necesita chapas brillantes para imponer respeto. De hecho, apenas tendremos anclajes fijos en toda la vía, más allá del parabolt que acompaña al mítico clavo histórico que marca el paso clave de la vía para muchos.
SUR CLÁSICA (120m/V+)
La vía es una elegante lección de escalada clásica en granito, directa, lógica y agradecida para quien sepa leer la roca. Son tres largos que suman aproximadamente 120 metros, con una dificultad máxima de V+/Ae. Como buena pedricera, es siempre más técnica que atlética, donde la adherencia, la colocación de pies y la gestión del equilibrio mandan sobre la fuerza. El primer largo sirve de toma de contacto, permitiendo entrar por la derecha de dos canalones con friends que se colocan bien si se sabe dónde mirar.
Nosotrs montamos reunión en el parabolt bajo el clavo, apostando por un friend empotrado que encontramos allá abajo como segundo anclaje. De esta forma la salida del segundo largo concentra el paso más exigente de la vía, un tramo fino donde el V+ (6a para muchos) se deja sentir en los pies más que en las manos, obligando a confiar en el granito y en la propia cabeza. Pasado el punto clave entramos en un apoteósico muro de setas, donde cada paso es a la vez seguro y disfrutón.
Segunda reunión en un cambio de pendiente alejado, apostando por un parabolt y las setas vecinas a la par. Vistas fantásticas, que se alargan ya hasta las cuatro torres de Madrid Capital. El tercer largo suaviza ligeramente en lo técnico, manteniendo esa misma elegancia levitando entre setas y canalones hasta alcanzar la parte alta de la pared y salir a la cima con esa sensación tan pedricera de haber escalado algo auténtico, sin concesiones pero sin trampas.
DESTREPE DESCENSO: Salida hacia Norte y giro.
La cima no marca el final de la atención obligada. El descenso es parte esencial de la ruta y exige su punto de concentración. Ya en zapatillas y porteando todo el material se inicia un destrepe delicado por la canal norte, siguiendo con atención unos hitos que marcan el itinerario correcto desde la salida de la vía. Hay puntos con roca pulida y pasos expuestos que, sin ser difíciles, penalizan cualquier error. Siguiendo los hitos se gira progresivamente para buscar el retorno hacia el punto de entrada. Bajamos destrepando con cuidado hasta enlazar de nuevo con el sendero de la integral que a derechas nos devuelve ya andando hasta el terreno conocido en el mismo punto de entrada inicial.
Desde ahí, la bajada final se realiza por el mismo camino de la aproximación, regresando al collado Ventana, al collado de la Dehesilla y finalmente al parking de La Rana, cerrando un círculo perfecto de montaña y escalada.
Así la vió María.
Tras un primer canalón donde hay que saber aguantar el dolor de los empotramientos de pies ☠️, llegamos al único seguro de toda la vía, un parabolt al lado de un viejo tornillo, donde monto la R1. Un pitón del año de la 🌰 protege el "pasito" de la via, y desde allí solo queda una mini trave hasta la zona de las 🍄
La sensación de libertad es brutal: @mayayooxigeno me tiene que ir recordando lazar alguna de las setas para "proteger" los siguientes 60m, muy verticales. La desnudez de la pared me produce esa misma sensación, éxtasis granítico, navegando en vertical... Monto la R2 en un parabolt sobre la segunda repisa, diviso el horizonte, la silueta a derechas del Mataelvicual, las torres de Madrid en la lejanía. Y ya solo quedan los últimos 40 metritos improvisando entre setas y alguna tímida fisura donde colocar un friend.
En total 10h de aventura que incluye: dejarme la cuerda en la cima 🪢 y tener que volver a trepar la cara N tras haber hecho todo el destrepe 🫠, Mayayo dejándose una cinta en la R1, acabar por supuesto con frontal 🌙que llevábamos "solo por si acaso", y descubrir que puedes subsistir solamente comiendo tortitas con Nutella 🍪
PEDRIZA INFINITA ❤️🐐🧗🧗🏻♀️🏔🫶 #Pedriza
#climbing #jipipunkis
CONCLUSIÓN.
La Sur Clásica de la Pared de Santillana es una vía ideal para quien quiera empaparse del carácter de La Pedriza sin necesidad de grandes dificultades, pero con todo lo que hace grande a este macizo: orientación al sur que permite escalar buena parte del año, granito de primera, itinerario lógico y un ambiente que obliga a moverse con criterio. No es una ruta para coleccionar grados, sino para coleccionar recuerdos, de esos que se quedan grabados en la memoria mucho después de haber guardado la cuerda en el maletero.
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