es triste pensar que solo el tiempo (o un avión), pueden devolvernos a esa soledad que solo las condiciones invernales tienen. Y es que el ruido del viento arrastrando la nieve que tapa tus oidos y ahoga tu voz, así como la cequera que produce, te hunde en un espacio en el que solo existes tu y tu compañero....bueno, y esa "voz" que nos acompaña a todos cuando decidimos correr riesgos que pertencen, sin duda alguna, más al terreno de lo pasional que de lo sensato.En cualquier caso, hay que mirar hacia delante, hacia la primavera y sus colores y sus rios, al verano y sus noches estrelladas. "Pos eso", no decimos adios al Invierno, sino ¡Hasta pronto!
Un saludo a todos los hombres en la montaña.
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