Txindoki desde Larraitz:
Ascensión al corazón de la mitología vasca
El Txindoki, también conocido como Larrunarri, se alza con sus 1.346 metros como un diente de roca imponente que custodia la entrada al macizo de Aralar. Su silueta, afilada y elegante, le ha valido el apelativo de “el Cervino vasco”, aunque su carácter es profundamente propio, arraigado en la mitología ancestral del País Vasco.
Cuenta la leyenda que en las cuevas de Aralar habita Mari, la dama de Anboto, una de las deidades más veneradas del imaginario vasco. Mari no es solo una figura etérea, sino una fuerza telúrica asociada a la naturaleza, la justicia y el clima. Se dice que cuando abandona su morada, el viento y la tormenta siguen sus pasos. Su presencia es tan poderosa que incluso hoy muchos pastores del valle creen sentirla entre la niebla de las laderas del Txindoki.
Larraitz y su ermita: punto de partida sagrado
La ascensión comienza en Larraitz, un rincón pastoral a 404 m de altitud, donde se encuentra la ermita de Nuestra Señora de los Remedios. Este templo rural fue durante siglos lugar de devoción para los habitantes de Tolosa y sus alrededores. Aún hoy, muchos montañeros se detienen aquí para encomendarse antes de enfrentarse al coloso de Aralar. El camino desde Larraitz está bien definido, pero exige un cierto respeto, pues nos enfrentamos prácticamente a un km vertical. Mi ultima ascensión fue el pasado fin de semana, justo en la víspera de Zegama Aizkorri 2025.
Aquí os detallo los principales tramos:
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Larraitz (404 m) – Fuente de Oria (650 m)
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Distancia: 1,7 km / Desnivel positivo acumulado: +250 m
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Tramo cómodo por pista ancha. Ideal para calentar antes del tramo más exigente. La fuente es un buen lugar para rellenar agua.
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Fuente de Oria – Campas de Egurral (1.020 m)
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Distancia: 2,2 km / Desnivel positivo acumulado: +370 m
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Aquí comienza la verdadera subida. El sendero se empina y se estrecha, cruzando hayedos y pastizales. Atención al barro en épocas húmedas.
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Egurral – Collado de Egillolarra (1.200 m)
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Distancia: 1,1 km / Desnivel positivo acumulado: +180 m
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Zona de transición hacia la arista final. Ya se vislumbra la cima. El terreno comienza a ser más rocoso.
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Collado – Cima del Txindoki (1.346 m)
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Distancia: 0,8 km / Desnivel positivo acumulado: +146 m
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Último tramo técnico. Requiere buena pisada y atención a la roca suelta. El viento puede ser fuerte en la arista.
MAPA Y TRACK GPX.
Descarga gpx aquí: TXINDOKI KM VERTICAL DESDE LARRAITZ
Material empleado:
- Reloj gps Coros Vertix 2S
- Zapatillas Adidas terrex Agravic 3
- Cinturón Camelbak Ultra Belt
- Ropa térmica Falke: Camiseta, mallas y medias.
Rumbo Traveserina Picos de Europa…7JUN
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Peligros principales de la ruta
Aunque es una ruta clásica y frecuentada, el Txindoki no perdona la imprudencia. Estos son los riesgos clave:
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Terreno resbaladizo: Las zonas boscosas y las rocas en la parte alta pueden ser traicioneras si ha llovido o hay escarcha.
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Exposición al viento: En la arista final, las rachas pueden desestabilizar incluso a montañeros experimentados.
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Desorientación en niebla: La niebla es frecuente, especialmente a partir de los 1.000 m. Imprescindible llevar GPS o mapa.
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Riesgo invernal: En invierno o con nieve reciente, la ascensión puede requerir crampones y piolet.
Material recomendado para la ascensión
Para un corremontes veterano que busque velocidad pero sin descuidar la seguridad, se recomienda:
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- Zapatillas de trail con buen agarre (tipo suela Vibram o similar)
- Bastones (opcionales pero útiles en la bajada)
- Cortavientos impermeable ligero
- Camiseta técnica y manguitos si hace fresco
- Buff o gorra (protección frente al sol/viento)
- Mochila ligera con 1-1.5 L de agua y algo de alimento
- GPS o reloj con track precargado
- Móvil con batería suficiente (modo avión hasta la cima)
- Manta térmica (obligatoria en montaña)
- En invierno: crampones ligeros tipo "trail", piolet corto si hay nieve dura
- En verano: protección solar (crema, gafas), gorra ligera
Una cima, mil historias
Coronar el Txindoki no es solo conquistar una cumbre; es entrar en diálogo con una tierra antigua, con sus mitos, su geografía y su silencio. Para el corremontes veterano, es una ascensión que no se olvida: técnica sin ser extrema, bella sin artificio. Una cima donde, si el viento calla, uno podría incluso escuchar a Mari...o no. :)